Al dolor que irradia desde la parte baja de la espalda hasta el pie se le conoce con el nombre de ciática, por lo general ocasionada por una hernia discal, si bien a menudo otros dolores en dicha zona se consideran como tales cuando realmente no son una verdadera ciática. Será primero el médico general, y luego el especialista en traumatología quien deberá realizar un correcto diagnóstico y determinar el tratamiento.
Se debe a la afectación del nervio ciático, el más largo y grueso del cuerpo humano, debido a un problema compresivo. De no producirse una afectación del mismo, no podremos denominarlo así, lo cual ocurre con otros muchos dolores que se sienten en distintos puntos coincidentes con el recorrido del nervio.
Por lo tanto, la ciática se debe a un nervio ciático inflamado o lesionado, produciendo un dolor que se extiende, desde la zona lumbar o parte baja de la espalda hasta las nalgas y las piernas, hasta llegar a los pies.
La hernia discal es la causa más habitual de ciática, con la peculiaridad de que la misma pueda verse agravada por artrosis o procesos tumorales que comprimen de forma especial el nervio ciático.
Los factores traumáticos como los accidentes o las inadecuadas posturas corporales prolongadas, bien de tipo laboral o por malos hábitos.
Igualmente, puede existir una predisposición por padecerse disfunciones viscerales (problemas de riñón, ginecológicos, de próstata), con lo que tan solo al hacer un pequeño esfuerzo es más fácil el aplastamiento de un disco concreto y, como consecuencia de ello, producirse una hernia discal.
La ciática, por lo tanto, se producirá como resultado de aquella disfunción visceral que, a su vez, se explicará por otras causas. Se trata, en suma, de una serie de consecuencias en cadena, por otra parte bastante frecuentes, que se traducen en una ciática.
Otras pseudociáticas o falsas ciáticas pueden ocasionar dolores menos severos, que además normalmente son más localizados. Si los síntomas se manifiestan de la rodilla hacia abajo, por lo general suele tratarse de una ciática.
En cuanto a los síntomas, la ciática provoca dolor en las nalgas, a lo largo de la pierna, por ejemplo, en la parte posterior del gemelo y en la planta del pie, en los dedos. Es un dolor con sensación de tirantez, que puede ir acompañado de pérdida de fuerza, sensibilidad y reflejos.
El binomio ciática y embarazo es un capítulo aparte. Por un lado, se trata igualmente de un dolor provocado por una hernia discal que bien puede ser preexistente o agravarse por el exceso de peso que soporta la columna en este estado.
Aunque no es peligroso para el futuro bebé, sí puede ser muy doloroso para la madre, afectando sobre todo a la zona lumbar, en cuyo caso la medicación está muy limitada por su condición de embarazada.
A la hora de responder a la pregunta de cómo curar la ciática, el tratamiento dependerá, lógicamente, de un diagnóstico previo que deberá dilucidar sus causas y que corresponde al traumatólogo.
En función de las mismas, en definitiva, se establecerá el tratamiento, que puede consistir en fármacos antiinflamatorios, infiltraciones, inmovilizar la columna vertebral durante un tiempo o incluso el tratamiento quirúrgico. Sin olvidar, por otra parte, el tratamiento de las causas que lo ocasionan, como ocurre con las ciáticas provocadas por disfunciones viscerales.
Si se busca un alivio del dolor temporal, conocer algunos de los remedios caseros para la ciática más efectivos puede sernos de gran utilidad. Además de evitar los movimientos que causen dolor, no llevar cargas pesadas, es importante no cansarse más ni realizar deporte, pues la fatiga acentuará el dolor.
Existen ejercicios de estiramiento específicos que pueden ayudar a aliviar el dolor y también nos puede ayudar la aplicación de calor o frío, dependiendo de la naturaleza de cada ciática.
Si la ciática se debe a un traumatismo, el frío será más efectivo, sobre todo durante las primeras 48 horas, pero si el dolor es crónico, aplicar calor será lo más apropiado. En todo caso, consultar con el traumatólogo al respecto será orientativo al respecto, al igual que nos beneficiará conocer las posiciones más adecuadas para dormir.
No se aconseja dormir boca abajo ni boca arriba, sino de costado, idealmente con una almohada entre las piernas para así relajar el cuerpo y descargar el peso de la pierna. El mismo hecho de dormir bien, descansando y dejando atrás el estrés es un buen remedio para reducir la sensación de dolor. Un buen descanso requiere, por lo tanto, un sueño de calidad, además de una postura que minimice el dolor en la medida de lo posible.
Por último, actuar para la prevención del dolor cuando se tiene una hernia discal da buenos resultados en muchos casos. Entre otras medidas, se aconseja cuidar la postura, evitar esfuerzos, así como potenciar la musculatura lumbar y abdominal con el fin de prevenir o evitar la degeneración de los discos intervertebrales
¿Qué es la ciática?
El nervio ciático es un tronco nervioso de bastante grosor en el que se unen las raíces nerviosas de la zona lumbar y la parte posterior de la pierna y que llega hasta los dedos de los pies. Se conoce como ciática el dolor que se irradia a través de estas estructuras y que se sufre desde la parte baja de la espalda, a lo largo de la pierna o el pie. Su localización va a depender sobre todo de en qué raíz nerviosa esté el daño o la compresión del nervio.
Este nervio se encarga de las funciones motoras y sensitivas y nace en las raíces vertebrales lumares y la primera sacra, pasa por los agujeros de conjunción entre las vértebras, la pelvis y se ramifica por la pierna hasta llegar al pie y sus dedos.
Cuando se produce dolor, quiere decir que hay algo que está comprimiendo el nervio y puede provocar incluso una pérdida de fuerza o sensibilidad. Las hernias discales, una degeneración del disco vertebral, el síndrome del piramidal o algún tumor puede ser causa directa de esta compresión, por lo tanto el traumatólogo debe detectar el origen para poder trabajar en un tratamiento que mejore los síntomas del paciente y evite que se vuelvan a presentar. El dolor de ciática suele ser muy intenso y mermar mucho la calidad de vida de quien lo padece.