Cirugía de pie

El pie es una estructura compleja, que contiene un total de 26 huesos, 33 articulaciones, conectados por 107 músculos, ligamentos y tendones. Por dicha razón, pueden afectarle muchos problemas de salud y algunos de ellos acabarán en manos de cirujanos especialistas en cirugía ortopédica y traumatología. Sin embargo, antes de decidir operar a menudo se agotan otros recursos, recurriendo a tratamientos que pueden ser eficaces, evitando pasar por el quirófano.

La cirugía de pie, un último recurso

De igual manera, son muchas las condiciones médicas que pueden aconsejar pasar por quirófano. Entre otras, las desviaciones del pie y deformaciones de los dedos, en cuyo caso la cirugía busca su corrección para recuperar tanto la forma como la funcionalidad del pie.

En concreto, los problemas comunes en los dedos de los pies sobre todo abarcan trastornos y lesiones como las uñas encarnadas, torceduras, dislocaciones y fracturas hasta los callos y juanetes.

El tratamiento puede variar en función de muchos factores, entre otros el estadio en el que se encuentre el problema, teniendo en cuenta que son habituales los dolores al caminar y dificultades a la hora de usar uno u otro tipo de calzado.

En los casos menos severos, el tratamiento puede incluir un calzado especial o aparatos que se insertan en los zapatos, plantillas, medicamentos, esparadrapos y reposo con el objetivo de disminuir las molestias de forma temporal.

Sin embargo, en los casos más serios se recurre a la cirugía, hoy en día enfocada en la conservación de la articulación, buscándose una invasión mínima que no siempre es posible. Si todo va según lo previsto se logrará una disminución duradera de las molestias e incluso su desaparición, además de lograrse en muchos casos una recuperación de la funcionalidad, acompañada de una mejora estética.

Dentro de los procedimientos quirúrgicos para tratar las desviaciones del pie y las deformaciones de los dedos son típicas las intervenciones que corrigen la posición del dedo gordo (hallux valgus o juanetes), la corrección del dedo en garra o en martillo.

¿Cuándo operar los juanetes?

El tratamiento médico no quirúrgico no permite corregir la deformación, pero sí alivia la presión sobre el juanete, una masa dura en la articulación del dedo gordo del pie, que cursa con dolor.

En caso de que medidas como el uso de un calzado adecuado, el consumo de antiinflamatorios, corrección del sobrepeso o reeducación no proporcione los resultados esperados, la intervención quirúrgica puede ser necesaria. En especial, si además se presentan complicaciones, por ejemplo, cuando el paciente padece de artritis en el dedo gordo, cuyo desarrollo lo favorece dicha desviación.

En la intervención del hallux valgus, se corrige la posición del dedo gordo mediante el procedimiento quirúrgico considerado idóneo, idealmente haciendo lo propio también la desviación del hueso de la parte media del pie mediante una osteotomía correctora con el fin de obtener resultados duraderos.

Corrección de dedos martillo y en garra

En caso de que se requiera una cirugía para corregir los dedos en martillo, producidos por el desequilibrio entre los músculos y los tendones de los dedos, se hace necesario extirpar parte de la articulación del dedo agarrotado, ya que los tendones acortados son causantes de que el dedo se flexione y, por lo tanto, no permiten que se enderece.

Tengamos en cuenta que unos juanetes no tratados puede agravarse provocando los dedos en martillo a consecuencia de la presión ejercida por el juanete en el resto de los dedos. Así pues, en estos casos solucionar la causa que provoca los juanetes actuará de preventivo.

Por su parte, los dedos en garra también pueden producirse por la misma desviación del hallux valgus o juanete, por lo que se trata de una anomalía a menudo acompañada o precedida por este problema.
Dependiendo de su gravedad será más o menos larga la recuperación, y son frecuentes los casos avanzados, puesto que la enfermedad es progresiva y no suele detectarse hasta que evoluciona.

Asimismo, en los estadios iniciales se pueden aplicar medidas conservadoras, intentando evitar la cirugía, pero en la mayoría de las ocasiones la deformación precisa de una intervención quirúrgica.

Diversos procedimientos quirúrgicos de cirugía del pie

Dependiendo de la gravedad de cada caso y de la situación del paciente, las intervenciones en el pie serán más o menos complejas y se podrán llevar a cabo bajo anestesia local o general. Por lo tanto, en ocasiones la intervención será un proceso ambulatorio que no requerirá de ingreso hospitalario.

Actualmente se disponen de técnicas y métodos poco invasivos, que acortan el periodo postoperatorio, en el que normalmente debe guardarse reposo durante un tiempo, permitiendo volver a usar el pie poco después de la cirugía.

En función del diagnóstico y del tipo de enfermedad o lesión que se padezca se planteará una u otra manera de proceder, optando por la opción más idónea a partir de los diversos procedimientos quirúrgicos que pudiera haber disponibles.