La esquizofrenia es uno de los trastornos psiquiátricos más graves, que se da en un 1% de la población, iniciando en edad joven y que se caracteriza porque se altera cómo se percibe o expresa la realidad. Entre los síntomas que pueden alertar de la presencia de esquizofrenia están la agitación, el aislamiento, el trastorno afectivo, la conducta impropia o las alucinaciones.
Una persona con esquizofrenia tenderá a sufrir déficit cognitivo, disminución de su capacidad de atención, concentración, memoria, asociación de ideas, etc. además de un deterioro de la vida social y laboral. También puede padecer depresión y trastornos de ansiedad.
Las causas de la esquizofrenia pueden ser psicológicas-ambientales, pero mayormente son biológicas-hereditarias. El tratamiento farmacológico es fundamental, ya que con él se frena el avance de la patología, evitando recaídas continuas e ingresos en el hospital, contribuyendo a la mejora de la calidad de vida del paciente. A dicho tratamiento es importante que le acompañe una rehabilitación profesional, como puede ser la psicoterapia, terapia cognitivo-conductual o psicoanálisis.
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La investigación sobre la esquizofrenia ha evolucionado mucho en las últimas décadas. Se han encontrado más de cien síntomas asociados a este trastorno aunque se destacan una serie de ellos como primarios. Su etimología se ha visto desafiada debido al complejo compendio de alteraciones de diferentes enfoques tanto como cognitivo como neurológico, psicopatológico…que se producen en la persona. Actualmente hay modelo que agrupan intentos de explicación concisa.
Entre los recientes hallazgos a nivel neurológico consta, en una de las publicaciones de la revista Neuron, que se ha podido interrumpir una cadena genética de acontecimientos en un modelo de ratón diagnosticado de síntomas esquizofrénicos y frenar el déficit de memoria que se suele detectar en este tipo de patologías.
El experimento parte de EE.UU donde investigadores del instituto del comportamiento del cerebro Mortimer Zuckerman, el CUMC y el instituto psiquiátrico de Nueva York señalaron la mutación genética que se produce en un 1% de los esquizofrénicos y que se tiene como factor de predicción de la enfermedad a nivel genético y que denominaron “microdelección 22q11.2.
El proceso neuronal se da cuando en la neurona se desarrollan unas ramas largas que tienden a conectarse en distancias largas formando circuitos con el resto de neuronas. En los ratones utilizados las ramificaciones creadas se debilitan en la zona del hipocampo y el cortex prefrontal dos áreas vitales para la constitución de la memoria.
A través de un compuesto químico específico regeneraban las conexiones neuronales reduciendo la posibilidad de existencia de un déficit de memoria. El autor principal Joseph Gogos pone de relieve la importancia en la investigación biológica y en como este hallazgo representa un buen indicador a la hora de crear nuevos tratamientos. La realidad es que los tratamientos farmacológicos habituales inciden en mayor medida en los síntomas cognitivos más patológicos para la vida del individuo pero tienen mucha dificultad para recuperar información lo que en ocasiones les hace sentirse de nuevo perdidos en la realidad que les acompaña.
Para más información puedes consultar psiquiatras en Madrid, Valencia o en tu localidad más cercana.
Un estudio basado en el análisis genético de casi 65.000 personas ha demostrado que el riesgo de equizofrenia aumenta en el caso de que la persona herede algunas variantes de un gen que contribuye a la eliminación de las conexiones entre neuronas. Así, se podría llegar a relacionar esta enfermedad con procesos biológicos.
Esta eliminación de conexiones entre neuronas se denomina “poda sináptica” y se produce de forma más activa durante la adolescencia, donde además suelen aparecer los primeros síntomas de la esquizofrenia. Además, es también en esta etapa cuando los pacientes suelen mostrar menos conexiones entre neuronas.
La investigación se ha llevado a cabo en conjunto por centros de Harvard y Boston, y podría reactivar la investigación sobre una patología que afecta al 1% de la población y que es muy incapacitante. Sus síntomas más frecuentes son las alucinaciones, los cambios emocionales y una disminución de la función cognitiva, también se puede padecer trastornos de ansiedad y depresión y desde que se descubrió hace 130 años se han hecho pocos avances para entender su funcionamiento. Además, los tratamientos no son 100% efectivos y muchas veces no solucionan el problema de los pacientes, ya que no tiene cura, por lo que el tratamiento realizado por los neurólogos se centra en intentar paliar los síntomas.