El estrabismo es una descoordinación de los movimientos oculares, que impide que se fije la mirada en un mismo sitio con los dos ojos. Un paciente con estrabismo, con un ojo fija la mirada en el objeto observado, pero el otro ojo se desvía sin control.
Se trata de un problema visual, pero también estético; puede provocar doble visión, y en el caso de los niños, tener un ojo vago o ambliopía.
El estrabismo es un problema ocular fácilmente distinguible, salvo excepciones, puesto que los ojos dejan de estar alineados en relación a la orientación que corresponde a un determinado punto de mira.
Se trata de un problema que va más allá de lo estético, afectando a la calidad de la visión y, por lo tanto, en el día a día, por lo que el oftalmólogo debe evaluarlo cuanto antes, idealmente de forma temprana, puesto que encontramos estrabismo en bebés, en la etapa infantil y también en adultos.
Una vez explicado que el estrabismo es, básicamente la desviación del alineamiento de los ojos o ejes oculares, es importante conocer sus síntomas para saber cuándo es conveniente ir al especialista.
Para detectarlo, observemos si los dos ojos miran en la misma o distinta dirección. Uno de ellos se fijará en un punto y el otro estará desviado, razón por la que llegan dos imágenes al cerebro y éste elige la más nítida, al tiempo que reduce la aptitud para ver en relieve y calcular las distancias correctamente.
El estrabismo se manifiesta de distintos modos: desde tener dificultad para ver y para aprender o concentrarse, hasta tener los ojos desalineados, que se pueden desviar hacia adentro, hacia afuera, hacia arriba o hacia abajo.
De hecho, éste es el síntoma más fácil de observar en un primer momento. Sin embargo, en algunos casos las desviaciones pueden ser muy pequeñas, hasta el punto de poder pasar desapercibidas.
Cuando se trata de estrabismo congénito, puede apreciarse en los primeros meses de vida o bien durante la infancia e incluso de adultos. Buscando la prevención, cuando el niño acude al oftalmólogo de forma regular, es posible reconocer un posible estrabismo, por difícil de apreciar que sea, y lo mismo cabe decir en el caso de los adultos.
Acudir al oftalmólogo de forma temprana puede prevenir complicaciones, como la aparición de una ambliopia, conocida como ojo vago, un problema de visión que supone un daño permanente y que solo se puede corregir cuando se detecta a tiempo.
Así pues, se hace necesaria una revisión oftalmológica regular también en este caso, además de ser fundamental para la salud ocular en general. Aunque el estrabismo no se puede prevenir, su diagnóstico y tratamiento es realmente importante.
Muchas de las causas del estrabismo son desconocidas. Se trata, además, de una enfermedad de causas múltiples, puesto que a menudo intervienen factores de distinto tipo. Algunos de ellos son hereditarios y otros de tipo médico, como las cataratas congénitas o problemas de refracción, como la miopía o la hipermetropía.
Además, puede cursar con alteraciones neurológicas. No olvidemos, a este respecto, que el cerebro también participa en el alineamiento ocular, por lo que no deben descartarse posibles problemas neurológicos. Asimismo, el estrabismo puede asociarse a distintos trastornos, como la parálisis cerebral, el síndrome de Apert o la rubeola congénita, entre otros ejemplos de estrabismo infantil.
En adultos, los trastornos pueden abarcar desde la lesión en el ojo o el bolutismo hasta la diabetes, la enfermedad de Graves, un accidente cerebrovascular o, por ejemplo, una intoxicación por mariscos.
Cuando se produce a aparición de estrabismo en adultos también puede tratarse de un problema neurológico que requiera atención médica urgente. En ocasiones, el estrabismo se manifiesta de forma puntual, por ejemplo, en momentos de cansancio.
Las formas de corrección del estrabismo por parte de los oftalmólogos son variadas y su objetivo final es la mejora de la visión. Se puede recurrir a las gafas o a los prismas; a la toxina botulínica o a la cirugía de estrabismo. El oftalmólogo determinará el tratamiento más adecuado, ya que no es viable en todos los casos la utilización de la toxina botulínica.
La desviación ocular puede corregirse de forma quirúrgica, si bien ésta es solo uno de los síntomas más llamativos de esta enfermedad. En embargo, el tratamiento más adecuado dependerá de los resultados que arrojen los estudios realizados por el oftalmólogo.
Algunos tipos de estrabismo pueden tratarse sencillamente con el uso de gafas correctoras, pero en otros casos se recomienda la cirugía. Solo tras un estudio completo, en el que se realizarán varias pruebas, se podrá conocer cuál es el tratamiento más adecuado.Con la cirugía de estrabismo lo que no mejora, porque no es el objetivo, es la agudeza visual.
Para su realización hay que dilatar la pupila con unas gotas especiales, cuya aplicación ocasiona una vista borrosa durante algunas horas. Por lo tanto, el paciente debería acudir a la clínica acompañado para así poder volver a casa más fácilmente.
Por último, como hemos apuntado, reiteramos la importancia de corregir el ojo vago a tiempo, puesto que de no hacerlo antes de los 7 u 8 años de edad será complicado lograrlo. Si pasa demasiado tiempo, podría ser imposible rehabilitarlo.
Normalmente, se les receta unas gafas y, de tener el ojo vago (ocurre en un tercio de los niños), también un parche o, si fuese necesario, también puede realizarse una operación de estrabismo. Tanto en niños como en adultos, la cirugía corregirá la falta de alineación de los ojos, por lo que a nivel estético será de gran efectividad, pero este buen resultado no garantiza que también finalicen los problemas de visión.
Por último, los precios de la cirugía, que se realiza con anestesia general o local, puede requerir una segunda operación. Su coste variá en función de distintos factores, pero en general es elevado, aunque podríamos consultar si es posible realizarlo a través de la seguridad social
Aunque resulta bastante desconocida la aplicación terapéutica del bótox, el uso de esta sustancia, cuyo nombre científico es toxina botulínica, tiene un amplio campo de aplicación como tratamiento médico.
El hecho de que se trate de un bloqueador neuromuscular permite paralizar el músculo en el que es inyectado de manera temporal, por lo que se puede utilizar este efecto en favor del paciente para tratar distintos problemas de salud.
Sobre todo, resulta efectivo cuando los problemas musculares se involucran en distintos tipos de condiciones médicas. Son muchas las posibles aplicaciones, con usos en condiciones neurológicas que derivan en migrañas, para tratar síntomas del Parkinson, evitar la sudoración excesiva, el estrabismo, el dolor crónico, la vejiga hiperactiva o, por ejemplo, la depresión.
Aunque no es una solución permanente, sí puede considerarse un remedio a largo plazo, por lo que se trata de una interesante opción cuando no hay otras alternativas terapéuticas o éstas no funcionan.
El tratamiento del estrabismo se llevó a cabo por primera vez en 1981, inyectando esta sustancia en los músculos que controlan en movimiento ocular. Por otra parte, un estudio de 2014 concluyó que ayudaba a disminuir el dolor del cuello y de los hombros y también se han llevado a cabo aplicaciones exitosas para reducir la sudoración excesiva en axilas.