Una hernia es una protusión o desplazamiento de un órgano más allá de su ubicación o límites habituales, produciendo un movimiento del mismo que ocasiona problemas de salud. En lo que respecta a la hernia discal, se trata de un trastorno físico que se refiere a un desplazamiento del disco intervertebral, cuyas consecuencias sintomáticas son de distinto tipo.
En concreto, la hernia de disco supone la degeneración del disco invertebral como consecuencia de su desplazamiento. Es a medida que un disco se degenera como se va agravando el deterioro, hasta llegar a la filtración del núcleo interno hacia la parte externa del disco, con síntomas que pueden incluir dolor lumbar, ciática, lumbalgia, entumecimiento o, entre otros, debilidad en la extremidad inferior. Es objeto de tratamiento por parte de la traumatología.
Los síntomas suelen aparecer después de movimientos bruscos o de hacer esfuerzos excesivos en posturas incorrectas, pudiendo llegar a hacerse crónicos. Cuando el núcleo intervertebral o pulposo se desplaza hacia la raíz nerviosa, la presiona y produce un dolor a menudo intenso.
La presión sobre terminaciones nerviosas se traduce en distintos trastornos sensitivos y motores como pérdida de fuerza, hormigueos y alteración de la sensibilidad.
Por lo general, este dolor remite con un tratamiento conservador sin cirugía. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que alrededor de uno de cada diez requerirán pasar por quirófano.
Con respecto a las causas, la hernia discal se produce por distintos factores. De hecho, podemos afirmar que se trata de una patología multifactorial, bien sea por una lesión como por adoptar malas posturas, un inadecuado estilo de vida o, entre otras causas, por el desgaste diario de la columna.
Habida cuenta de que los discos que separan las vértebras de la columna amortiguan el movimiento de la misma y dejan espacio entre aquellas, es posible hacer movimientos como agacharse o, por ejemplo, estirarse. Sin embargo, cuando se padece una hernia discal, estamos ante una situación problemática, ya que el disco puede salir de su lugar o romperse por una lesión o distensión, produciendo uno o varios de los síntomas propios de esta patología, como los que hemos apuntado.
Hernia discal lumbar: La región lumbar de la columna, es decir, su parte baja, es el área que más frecuentemente está afectada por una hernia de disco.
Hernia de disco cervical: En segundo lugar, los discos cervicales, ubicados en el cuello.
Por contra, los discos torácicos, los de la espalda alta y media, no suelen estar comprometidos en una hernia discal. Así pues, las hernias discales más comunes afectan a los discos lumbares o a los discos de la cervical.
Igualmente, es frecuente la aparición de la hernia discal entre la quinta vértebra lumbar (L5) y la primera vértebra sacra (S1). Por último, es importante apuntar que, a pesar de ser muy poco común, la hernia discal dorsal es especialmente compleja y peligrosa, ya que puede afectar a la médula espinal cuando se realiza el tratamiento quirúrgico.
Como ocurre en tantas otras patologías, también aquí es fundamental encontrar el tratamiento más adecuado, eficaz y rápido para cada paciente en particular, que deberá ser determinado por el especialista, en este caso por el traumatólogo.
Cuando un paciente tiene dolor de espalda, lumbago o ciática, es clave la capacidad del especialista o especialistas en la interpretación de los síntomas, la realización de pruebas y la revisión del historial clínico del paciente para realizar el diagnóstico.
Una vez realizado, de optarse por el tratamiento no conservador, es decir, por la cirugía, la operación debe ser realizada por un especialista en cirugía de la columna, así como, previamente, será también este mismo especialista el que determine la conveniencia de la intervención quirúrgica.
De igual modo, podría ser recomendable un enfoque multidisciplinar, con la participación de éste, bien sea un traumatólogo o neurocirujano con experiencia y criterio para tomar la decisión y también llevar a cabo la intervención. La misma puede realizarse recurriendo a diferentes métodos, desde la discólisis o desecación del disco aplicando ozonoterapia, hasta la nucleopastica, enfocada a este mismo resultado por radiofrecuencia.
Si bien la cirugía más común es una discectomía (elimina todo o una parte del disco dañado), otras opciones son la resección del disco por laminectomía o hemilaminectomía, la fusión lumbar, la artoplastia o la microdiscectomía. De nuevo, será el especialista o especialistas quienes determinarán las posibilidades más adecuadas en cada caso e informará al paciente sobre los posibles riesgos, siempre dentro de las posibilidades tecnológicas y de presupuesto.
El tratamiento conservador, por su parte, incluye distintas técnicas para la mejora de los síntomas. Entre ellas, se suele recomendar la natación terapéutica, así como otros ejercicios físicos específicos, además de masajes fisioterapéuticos, que en ocasiones puede hacerse el mismo paciente. De no ser efectivos o, sencillamente, de valorarse desde el principio que la cirugía es lo más adecuado, será la intervención quirúrgica la mejor opción para lograr un tratamiento efectivo a largo plazo.
Imagen: Kellygonçalves en Wikimedia
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Antes de someterte a una operación de hernia discal surgen muchas dudas y preguntas. Es importante tener toda la información posible sobre más...
masquemedicos
18/feb/2022
La hernia discal en un deportista olímpico
Un punzante dolor cervical puede ser un síntoma de hernia discal. Esto es lo que le pasó al deportista Óscar Figueroa, que tuvo dos hernias discales, una en 2009, de regreso de Beijing 2008, y otra en 2015, cuando se acababa de clasificar para las olimpiadas de Río.
La técnica de cirugía para operar con éxito la hernia discal cervical o lumbar la ha desarrollado el médico ortopedista y traumatólogo, cirujano de columna de la Clínica Reina Sofía Jorge Felipe Ramírez León, que trabaja con cirugía poco invasiva de columna en un centro de Colombia.
Los expertos explican que columna vertebral no es rígida, ya que cada vértebra va unida y articulada a la otra mediante un disco que les da flexibilidad y estabilidad. Ese disco es un anillo fibroso que lleva por dentro un núcleo con una consistencia gelatinosa. La hernia discal se da cuando el anillo fibroso se rompe, pierde altura y el líquido se sale de su núcleo y toca uno o más nervios circundantes, causando dolor y pérdida de movilidad, lo que notó el deportista olímpico cuando se clasificaba esta segunda vez en busca de su sueño.
Imagen: Mono693 en Wikimedia