La tomografía axial computarizada, comúnmente conocida como TC o TAC, es una prueba diagnóstica que permite obtener imágenes del interior del organismo gracias al uso de los rayos X y una computadora.

La exploración del interior del cuerpo mediante una tomografía axial computarizada (TAC) o tomografía computarizada (TC) utiliza un equipo especial de rayos X con el fin de ayudar a detectar distintas enfermedades y condiciones médicas.

Aunque se trata de una exploración rápida, poco invasiva e indolora, no está exenta de efectos secundarios, que también hay que tener en cuenta. 

Su uso facilita la detección de distintos problemas de salud, desde un tumor y su posible extensión hasta infecciones o, por ejemplo, una patología ósea. Hoy en día, el TAC es una prueba fundamental para diagnosticar numerosas patologías.

Qué es el TAC

Si buscamos una definición más concreta, podemos afirmar que la TAC es una técnica médica de formación de imágenes a partir de la medición de la absorción que realiza el tejido de los rayos X que recibe. Posteriormente, se realiza un tratamiento informático que incluye una digitalización para, finalmente, reconstruir imágenes en diferentes dimensiones.

Gracias a estos resultados, se consigue un resultado muy superior al de las radiografías convencionales, abriendo muchas más posibilidades de cara a hacer un buen diagnóstico médico.

En concreto, analizando esas imágenes tridimensionales de las estructuras internas del paciente, compuestas por la información proporcionada por cientos de rayos X se pueden evaluar posibles patologías con más facilidad. Por otra parte, en muchas ocasiones también sin necesidad de recurrir a biopsias o cirugías.

Procedimiento para realizar un TAC

La prueba se realiza en el hospital, introduciendo al paciente en un tomógrafo o escáner, un aparato con forma de donut, tumbado en una camilla boca arriba, previamente despojado de su ropa, que habrá sustituido por una bata médica. Igualmente, el paciente no debe llevar ningún objeto metálico, pues podría interferir en los resultados y, en caso de requerirse la administración de un contraste, se realizará vía oral o intravenosa.

Es conforme ésta va desplazándose cuando se van realizando radiografías sin que el paciente tenga sensación de claustrofobia, pues no se le introduce en un sitio cerrado. Asimismo, durante el procedimiento, el paciente deberá permanecer quieto y seguir las indicaciones del técnico que le vigila a través de un cristal.

Tras completarse un estudio por imágenes, el radiólogo las analizará para elaborar un informa en el que se resumen los resultados, así como una serie de observaciones, donde se proporciona un diagnóstico a partir de lo evaluado. Es decir, el radiólogo realizar e interpretar las exploraciones, pudiendo diagnosticar. Posteriormente, el informe se remitirá al especialista o equipo multidisciplinar que esté diagnosticando o tratando al paciente.

Beneficios del TAC

No cabe duda de que los beneficios que proporciona someterse a un examen de este tipo suele justificar su uso cuando el facultativo lo recomiende. No en vano, la TAC es una valiosa herramienta para la práctica clínica que ha marcado un antes y un después en el diagnóstico clínico, con grandes ventajas igualmente para su uso durante los tratamientos.

No solo por ser una forma sencilla y poco invasiva de detectar enfermedades de muy distinto tipo, -como tumores, piedras en el riñón, patologías digestivas, enfermedades cardiovasculares, infecciosas, traumatismos, trastornos musculo esqueléticos, hemorragias internas o complicaciones de la apendicitis, entre otras-, sino también por su utilidad a la hora de lograrlo.

Tipos de TAC

En función del área que estudie, tendremos distintos tipos de TAC: el tac pulmonar, tac cerebral, tac abdominal. Uno de los usos más habituales de este tipo de exploración es, por ejemplo, la exploración de la columna vertebral con el objeto de detectar posibles lesiones o evaluar fracturas, así como anormalidades congénitas o detectar tumores en ésta u otra parte del cuerpo.

Ayudar a diagnosticar dolores medulares, medir la densidad ósea o suministrar información importante de cualquier otro tipo para orientar diagnósticos son otros de los usos más frecuentes.

Diferencias entre el TAC y radiografía tradicional

Un TAC ofrece una radiografía mucho más completa que una radiografía tradicional. Gracias a la información que proporciona, los especialistas pueden mejorar sus diagnósticos sin necesidad de realizar intervenciones quirúrgicas o exploraciones más invasivas.

Frente a la radiografía convencional, facilitan mayores detalles, sobre todo en el caso de los tejidos blandos y de los vasos sanguíneos. Se trata, por lo tanto, de una prueba diagnóstica de gran importancia, a la que se recurre de forma relativamente habitual.

Diferencias entre TAC y resonancia magnética

En alguna ocasión, se realiza junto con otras técnicas, como la resonancia magnética nuclear, una prueba radiológica basada en la emisión de señales de radiofrecuencia.

La diferencia entre la resonancia magnética y el TAC es que el escáner con el que se realiza el TAC ofrece una mayor precisión, si bien aquella no expone a los pacientes a radiaciones de ningún tipo. Sin embargo, como hemos apuntado, pueden complementarse para mejorar el diagnóstico, sin olvidar que la tomografía axial computarizada ofrece más detalles de la parte ósea, otra diferencia entre TAC y resonancia.

Posibles riesgos del TAC

Aunque frente a la radioterapia se emiten niveles de radiación menores, no deja de ser un cierto riesgo para la salud, si bien su realización es una decisión médica que previamente debe valorar los pros y los contras. Asimismo, hay que considerar que, siendo una radiación, tiene un carácter acumulativo, un peligro a tener en cuenta cuando el paciente se somete repetidas veces a ésta y otras pruebas que emiten radiación.

Así pues, aun apuntando esta realidad, debemos tener presente que el riesgo derivado de someterse a unas pocas pruebas a lo largo de su vida es mínimo. De hecho, la dosis de la radiación que se recibe en un TAC es ínfima, al tiempo que la dosis absorbida es muy variable, puesto que depende distintos factores.

En caso de que los pacientes deban someterse de forma recurrente a ellas, se puede evaluar la posibilidad de recurrir a métodos alternativos de toma de imágenes. Recordemos que existen otros muchos estudios por imágenes utilizados en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, como la resonancia magnética, el ultrasonido o los exámenes por rayos X, así como la medicina nuclear.

Por otro lado, una opción obligada cuando la TAC está contraindicado para el paciente, por ejemplo, si se trata de una mujer embarazada. Igualmente, los niños son especialmente sensibles, con lo que los exámenes por TAC deben hacerse con una dosis baja, y solo si es fundamental para el diagnóstico.

Por último, aunque la TAC es una prueba segura, puede producirse una alergia al contraste oral, y en raras ocasiones puede producir insuficiencia renal. En el primer caso, los sanitarios presentes en la prueba sabrán reaccionar al respecto y, con respecto al daño renal, actualmente, los medios de contraste utilizados minimizan este problema.

Preguntas y respuestas sobre tac

Noticias sobre TAC

Nuevo TAC en el hospital de Valladolid

TAC

El Consejo de Gobierno de Castilla y León acaba de aprobar un presupuesto para destinar 302.500 euros a la adquisición de un nuevo TAC simulador para el Servicio de Radiología oncológica del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, con el objetivo de mejorar el servicio y la atención al paciente.

El nuevo TAC se va a utilizar para asegurar el funcionamiento del Servicio de Oncología radioterápica, porque antes de cada tratamiento oncológico es necesario hacer una simulación previa en los pacientes que garantice una correcta exposición para el tratamiento de la enfermedad.

Este TAC estará especializado en tumores del sistema nervioso central y pulmonares, así como del área de Urología y de Otorrinolaringología, por lo que cubrirá un amplio abanico de necesidades de distintos departamentos.

Actualmente hay un TAC simulador en todos los Servicios de Oncología radioterápica, en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid y en los complejos asistenciales universitarios de Burgos, León y Salamanca y ya han servido para diagnosticar y tratar a varias personas.

 

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