La cirugía de la mano tiene por objetivo reparar lesiones que afectan a las manos, como pueden ser los daños en nervios o tendones, problemas en la piel de la manos, fracturas, etc.
Las estructuras de la mano, de compleja anatomía, pueden sufrir muy distintas lesiones que provocan un impacto de mayor o menor seriedad en la funcionalidad de dicha extremidad.
La lesión puede traducirse en una falta de funcionalidad tanto a la hora de usarla de forma precisa como como para obtener un buen agarre, ambas cuestiones de gran importancia, pues los dedos son el principal órgano para la manipulación del medio.
El traumatólogo y el cirujano estético serán los responsables de realizar este tipo de cirugías. En el caso del cirujano estético no sólo se preocupará de la funcionalidad, sino también de la estética.
En ocasiones es necesario pasar por el quirófano para recobrar esa funcionalidad, si bien la operación puede no ser una solución en sí misma, requiriendo de rehabilitación.
Los procedimientos más comunes en cirugía de mano, en efecto, se orientan a la restitución de dicha funcionalidad en la medida de lo posible, pues su resultado dependerá de la complejidad y/o gravedad de cada paciente.
La cirugía puede tener como finalidad lograr una completa curación, evitar la degeneración de las articulaciones o simplemente su corrección cuando el daño está ya muy avanzado. Por ejemplo, mediante la reparación de traumatismos, incluyendo fracturas, lesiones de articulaciones, nervios y vasos sanguíneos, así como daños de consideración, como pueden ser cortes o quemaduras.
Otros de los problemas más habituales pueden ser desde artritis reumatoidea y luxaciones de mano, hasta roturas u otras lesiones de tendón o artroscopia de la mano y de la muñeca. O, pongamos por caso, la neuropatía periférica conocida como el síndrome del túnel carpiano, cuyos síntomas son el adormecimiento y la inflamación de dedos y manos.
Algunos de los problemas tratados son:
Entre las técnicas empleadas en este tipo de cirugía podemos citar la osteosíntesis, los injertos, la cirugía de colgajos, los reimplantes o los transplantes, bien sea según métodos convencionales o de vanguardia.
La cirugía reconstructiva de la mano ha experimentado un desarrollo importante, normalmente ligado al de la microcirugía. Asimismo, se requiere de un tratamiento multidisciplinar, que exige al equipo profesional el dominio de varias disciplinas.
Las técnicas pioneras están practicándose de forma experimental en distintos hospitales, practicando cirugías mínimamente invasivas que evitan las cicatrices y otros riesgos de la cirugía convencional.
El Hospital Gregorio Marañón es un ejemplo de innovación en traumatología, concretamente con su programa pionero en el mundo que aborda la mayoría de las patologías de la mano con intervenciones en las que se realizan incisiones inferiores a un milímetro.
Con ello se evitan las grandes cicatrices, de hasta 30 centímetros, que implica la cirugía convencional, ya que no se necesita abrir la palma de la mano, bastando con incisiones de 0,5 milímetros.
Además de no precisar anestesia ni puntos de sutura, entre otras ventajas, como un postoperatorio no tan doloroso o mejorar de forma significativa la recuperación.
Según sus responsables, con respecto a las técnicas tradicionales, se consigue una recuperación unas diez veces más rápida. Tras "visualizar la lesión a través de la piel" mediante el uso de una ecografía deciden si la lesión puede ser operada mediante esta técnica.
En la mayoría de los casos sí es posible, puesto que se pueden tratar alrededor del ochenta por ciento de las patologías de la mano, como injertos cutáneos, el síndrome del túnel del carpo, la enfermedad de Dupuytren, secciones de tendones, dedos en resorte, rigidez o artrodesis de dedos.
La cirugía, en ocasiones, se desarrolla de manera ambulatoria, por lo que no es necesaria la hospitalización. No necesariamente cuando se practica microcirugía, sino también en otras intervenciones convencionales se puede abandonar el hospital tras la operación.
Sobre todo, la cirugía ambulatoria experimenta un gran auge gracias a nuevas técnicas anestésicas locales que permiten dormir solo la zona que se va a intervenir, por lo que también se gana en seguridad para el paciente.
Igualmente, no hay que descartar la posibilidad de volver a repetir la cirugía si fuese necesario. Al margen de ello, por lo general, la mano debe iniciar inmediatamente su rehabilitación para evitar una rigidez luego difícil de eliminar. Esta es una de las razones principales por las que tras realizarse la cirugía suele requerirse rehabilitación, según indique el cirujano especialista en cirugía ortopédica y traumatología.
De hecho, en muchos casos, la cirugía es solo un primer paso para poder llegar a una recuperación mediante una rehabilitación intensiva. Por lo tanto, en estos casos es fundamental seguir todas las instrucciones que el especialista en traumatología programe para después de la cirugía. Aun así, como hemos apuntado, la recuperación puede no ser completa.
Así es, la recuperación depende de distintos factores, como son la técnica empleada y la condición de la mano.
Entre otros tipos de terapias pueden incluirse desde:
La intensidad del dolor puede variar de leve a severo, en función de los distintos tipos de cirugía y mayor o menor gravedad. Valorando dicha intensidad se administrarán medicamentos para el dolor para hacer más llevaderas las molestias.